Se entiende por disciplina positiva como las enseñanzas para entender el comportamiento de los niños y la forma de abordar su actitud para guiarles en su camino siempre de forma positiva y afectiva.
La disciplina positiva se basa en la comunicación, el amor, el entendimiento y la empatía para disfrutar de las relaciones familiares y da herramientas a los padres para entender el comportamiento de sus hijos (incluso cuando no es adecuado) y reconducirlo con respeto, sin castigos y de forma afectuosa.
La disciplina positiva es un enfoque que no incluye ni el control excesivo ni la permisividad. Se basa en el respeto mutuo y la colaboración, todo con la intención de enseñar al niño competencias básicas para la vida.